Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

miércoles, 26 de diciembre de 2018


Rencor. Resentimiento arraigado y tenaz.
No se aún si soy rencorosa o si lo que soy es olvidadiza.
La duda me surge sin tampoco mayor transcendencia, pero ahí está, erre que erre. El caso es que me ocurre en alguna ocasión que saludo a alguien que ha pasado tiempo sin verle.
−OH! ¿Qué paso?
La mayoría de las veces es correspondida, y es más tarde cuando me viene a la memoria que alguna de aquella persona tuvimos diferencias atrás, en el tiempo. Me gusta saber que no fuera lo suficiente tenaz para mantenerse. Pero otras, no son así. Entonces me digo. Si fuera rencorosa me acordaría, de forma que evitaría la gélida indiferencia. ¿No?
 Pero sigo sin saber la respuesta.

miércoles, 5 de diciembre de 2018


De repente me siento invisible,

no porque no me vean,

sino porque no he sabido dejarme ver.

martes, 27 de noviembre de 2018


Hacía tiempo que una palabra no me asaltaba de bonita o curiosa. Ya echaba de menos esa sensación de descubrir o rememorar. Rebuscando para una frase, apareció ella. Bulla. Apenas se escucha por pequeña, pero de un significado enorme. Bulla, bella, aunque a muchos le dé dolor de cabeza.

viernes, 16 de noviembre de 2018


Hoy, mientras iba al cortadito de las siete, me di cuenta de que el barrio donde trabajo me ha adoptado como suyo. Solo hizo falta el paseo matutino. Primero los buenos días a los señores sentados en el rellano del ventanal de un comercio que pasan las horas hablando y fumando, supongo que ahora  se regocijan de la tranquilidad obligada o no, aunque, eso sí, continúan madrugando. También el saludo al camarero que con la sonrisa amplia y amable me sirve el café, siempre acompañada de un chiste y me arranca unas risas. Yo agradecida. Devuelta al trabajo paso por la panadería donde el aroma del pan recién horneado hace las delicias de esa parte de la calle, ella, la dependienta me mira, va a saludar, pero mis pasos se adelantaron y desaparecí acera arriba frustrando su saludo, sin yo querer, claro. En la esquina la farmacia, aun cerrada a punto de abrir, y en la otra el micro supermercado, que visito más de lo que pensaba. Cerca el señor que vende cupones de buena mañana, en su lugar de costumbre, al intemperie, acompañado siempre por una señora, constantemente están hablando.  Los dejos atrás y a pocos paso, el puente, donde me gusta detenerme a mirar el mar a lo lejos, y el horizonte hoy enrojecido, despuntando el día. Dos chiquillo con la mochila y repeinados cuchichean entre ellos, se dirigen al colegio junto a su madre que me ofrece otro hola mañanera, lo devuelvo con una sonrisa. Y es ahí, justo ahí  cuando me siento parte del lugar.
Queda unos minutos para empezar la jornada con la sensación agradable que el barrio de mi trabajo es parte de mi historia.


viernes, 19 de octubre de 2018


Me eché a reír sola, mientras relajada miraba el techo de la habitación. Estaba oscuro porque era todavía temprano, aunque se podía ver la silueta de la lampara tras la tímida luz. No, no era el sol, hoy estaba nublado y el patio olía a mojado, ese olor a lluvia temprana. La cortina cedía el aroma con elegancia y parsimonia. Era hasta arrullador el movimiento. Todo eso al tiempo que recordé con agrado de ahí mi risa, la casualidad que tienen mis dos amigas. En mis elucubraciones reparé donde las conocí. ¡En el trabajo! Por aquel entonces era La Tesorería General de la Seguridad Social, primero a Mary Amor hace treinta y cinco años y unos menos a Rosa Mary. Entre papeles y archivos.
Hoy antes de comenzar el día, de esos que rememoro la amistad ellas aparecieron.
Con un cariño muy especial amigas.



miércoles, 17 de octubre de 2018



Un caramelito con manitas juguetonas, de mirada amplia y curiosa. Su olor a leche, a limpio, a jazmín. Se abre una puerta llena de telas de arañas, olvidada, incluso las ventanas cobraron luz junto a un aire fresco, como un amanecer después de la lluvia. Frágil pero fuerte. Sonríe, pero no a todos.
El silencio manso que reinaba queda atrás y ahora lo domina la risa, el llanto, las futuras palabras que sin forma ya hablan. También el grito pequeño y el susto inmediato. Los abrazos, los abrazos son lo mejor. No, no es cierto, lo mejor… es todo él.

miércoles, 22 de agosto de 2018


Yo creía que con el tiempo y lo aprendido…las canas, la edad, me darían sabiduría. Sobre todo, que tendría muchos amigos entre otras muchas cosas. La amistad, que tesoro.  Sin embargo, estaba equivocada. Triste conclusión querido mundo. Pero en realidad no le echo la culpa a nadie, sino a mí, a mí sola, porque también, como unos cuantos, estoy tremendamente intoxicada.

martes, 10 de julio de 2018


Hay veces que uno deja de ser persona y pasa a ser circunstancia. Cuando eso ocurre, como es mi caso, no me reconozco del todo. Entonces, me entra la duda si los demás también perciben esa metamorfosis. Y si eso fuera así, pido disculpas por mis ausencias, por mis cambios de humor, por mi poca paciencia. Pero es lo que toca ahora. El deber por encima de todas las cosas y eso, por un lado me reconforta, pero por otro, confieso que me inquieta, por si el tiempo quiebre las cosas y nada sea ya como antes. Solo me queda tomar fuerzas para continuar en ese sendero de responsabilidad.
Espero regresar algún día a Cande, la de siempre. Quién sabe si puede que sea mañana mismo.
Feliz verano.

viernes, 22 de junio de 2018


De pronto recuerdas las distancias de los antiguos caminos. Las rutas de sinuosos desniveles que mis pies saboreaban. Dejas atrás el tiempo en que los amigos entre risas abrazaban la alegría. Atrás queda los verdes, los ocres, los azules y blancos. Gama de colores que mi retina saboreaba como un helado cremoso, casi derretido entre mis manos.
Cuando reposo, cuando me detengo aparecen esos relámpagos de imágenes.
Es la nostalgia.
Pero no sería Cande si no remontara, si no flotara emergente como una frágil pompa de jabón.
Porque a veces se siembra tempestades, pero también a veces campos de trigo.
Entonces...Pirineos?

martes, 12 de junio de 2018


EL BORRADOR OLVIDADO
Fue como un relámpago, como un fogonazo dentro de mí.
¿Has perdido el borrador?
Sí, se me quedó olvidado en una pequeña repisa de un escaparate. Absurdo; Por fuera de la tienda de chinos, esa que encuentras de todo y yo, por eso de llevar la contraria queriendo o sin querer lo extravío. Alguien pasó y se chifló de mi manoseada carpeta naranja ¿Te lo crees? ¿Quién quiere unos garabatos de líneas? No había pasado muchos minutos y ya no estaba. Esos capítulos corregidos con inspiración y éxito, que no creo que recupere espacios tan brillantes otra vez.
Te digo, fue raro el estado en que me encontré inmediatamente después de recobrar la conciencia de lo ocurrido.
Imperdonable.

domingo, 13 de mayo de 2018



Nunca un puñado de palabras me había despertado tanta verdad. “En los momentos difíciles es donde encontrarás a las verdaderas personas”

Él pasa desapercibido, callado y a veces incluso parece insociable. Le cuesta sonreír abiertamente y más aún hablar. Los canarios habláis mucho, suele decir con cariño y asombro.  Es cierto que es de pocas palabras, pero como aparezca un tema que le apasione, entonces se transforma en un orador innato. Los que ya le conocemos sabemos que detrás de él aparece un buen amigo, noble y sincero. Sin ir más lejos, ayer me dijo mi hermana Ángeles corroborando mis palabras. Qué suerte has tenido, y él, claro.
Ahora, que el destino me ha puesto a prueba y mi tiempo ya no es del todo mío sino del deber que me corresponde, solo tengo palabras de agradecimiento, porque es sencillamente BUENA PERSONA.

domingo, 22 de abril de 2018





Muchas veces, más de las que quisiera se me ha escapado la amistad.
La buena gente, supongo, como si fuera agua en mis manos y se escurriera entre los dedos sin poder hacer nada. Después me viene la duda si no sé juntar bien los dedos, incapaz de unir lo suficiente para que no se destile. Pensé también que recojo mucha y no es la cantidad sino la calidad del agua lo que hay que tener en cuenta. Agua, agua cristalina, pero no es transparente; tiene colores. En mi caso, la mano, de un ocre suave, con líneas y arrugas, con alguna pequeñísima cicatriz y no, no hay pecas. Tal vez no deba poner las dos manos en forma de cuenco, sino una, y la otra saludar cordialmente.
Mis manos que no sujetan el agua y no sé, pero ya no me importa, la sed es poca y sé, aguantarla.

sábado, 14 de abril de 2018


− ¿Rguez.?
− Sí. Rguez.
Así comenzó una conversación con una amiga refiriéndose a mi firma. Le expliqué que venia de chica, cuando miraba la de mi padre. No había más explicación. A raíz de eso me vino a la mente mi segundo apellido, desterrado desde ese entonces. Según los entendidos eso significa que quiero más a mi padre que a mi madre. Ahora no voy a analizar esa parte porque no toca y quiero a mi madre, por supuesto. Lo que quiero honrar es el apellido Izquierdo, porque forma parte importante de mi vida: mis primos, mis tíos… los recuerdos,  lo vivido lo guardo con tanto cariño que hoy quiero airearlo, aunque siga firmando Rguez.
Los Izquierdos son y serán mi otra mitad de mi persona.

miércoles, 21 de marzo de 2018


LA MESA DE MI PADRE.
Cuando pasé a su lado la vi diferente. Unas palabras que no se pronunciaron, pero las escuché. Me gritó con murmullos que no los aprecié hasta que mis ojos se pararon ante ella y la sentí.  Me dijo que la rescatara, pero sin decirlo. La había ignorado sin intención, distraída-mente. No lo dudé y la saqué del olvido para que volviera a relucir. Como si su energía aguardara algo especial, para florecer como la primavera. Como si quisiera recuperar viejas costumbres. La mesa estaba allí, en un lugar equivocado, en un rincón casi inexistente y sin apenas protagonismo. Ahora, los libros, mis ilusiones le harán compañía. Y él, de alguna manera estará cerca de mí.

viernes, 16 de marzo de 2018



Soledades, silencios o esa maldita indiferencia. Todo un grupo de indeseables palabras, todas calladas.
¡Qué puñetas! Fuera con ellas.


sábado, 3 de marzo de 2018


Creo que fue en un cumpleaños, pero no estoy segura porque mi memoria es impresentable, pero algo especial sí que era. Apareció con un regalo, una caja blanca, inmaculada. Siempre me sorprende con cosas así, cuando menos te lo esperas te saca una amplia sonría, sea con un cortado en la cama o un chiste malo que tiene después que explicar. Esta vez, la sonrisa brotó al abrirla. Un bolígrafo, un Faber Castell tan bonito que se multiplicó la alegría, sobre todo porque el motivo no era otro que escribir mi primera dedicatoria en un futuro libro. Algo que para ese entonces me parecía lejano y por qué no decirlo, casi imposible – pero eso es otra historia− Claro, de eso hace unos cuantos años y me hizo gracia, pero lo he guardado en la cajita virginal a la espera.
Y ocurrió.

miércoles, 21 de febrero de 2018

ABUELAS

De chica era mi abuela, madre de mi padre la que me conquistó y aun hoy perdura ese amor por aquella mujer tan especial. No fueron muchos los años que la tuve, pero los suficientes para que me marcara para siempre con sus pequeños gestos. Después llegó mi madre, la nueva abuela de mi hija, la abuela que estaba siempre para cualquier problema. La que llena de besos la cara de la niña y la achucha hasta casi romperla. Pero ahora, no hace mucho, se ha convertido en la abuela mayor, porque yo he cogido el relevo. Cojo el testigo y soy la nueva abuela. Me toca dar lo aprendido de pequeña con la abuela Ventura, esos pequeños pellizcos de cariño que me alegraron tanto o los amores desbordados de mi madre Magdalena, hacia mi hija Raquel, como si no hubiera un mañana. Además, para añadir a todo esto, los de mi cosecha, que son otros tantos que se me desparraman para ofrecérselos al pequeño Samuel.

domingo, 4 de febrero de 2018

Ha tenido que pasar más de veinte años sin cuestionarme por qué no tengo microondas. Sí, en ocasiones, y solo en ocasiones me engancho a una idea. En aquella época era vegetariana y otro espacio macrobiótica y me llevó a ser rigurosa y cuidarme. Ahora también pero más relajada. No siempre lo consigo porque también me gusta saltarme las normas y salirme de la línea. Y es en este momento que me pregunto por qué mantuve tanto tiempo esa postura. Quizás, quien sabe en breve en mi cocina podría ir nuevamente ese aparato electrónico castigado duranta tanto tiempo.
Además, hay otra interrogante que me aborda nuevamente.
¿Qué más tendré atornillado que no me he dado cuenta?


sábado, 13 de enero de 2018

Hoy, en medio de la callada tarde, desparramada en el sofá para leer o soñar, según se tercie, me susurraron al oído, bajito.
“Las palabras para los libros niña, las acciones para el corazón”
Después, sin saber por qué, me dirigí a buscar las emociones para tocarlas.

viernes, 12 de enero de 2018

Mirar a otro lado a veces es mi arma para no ver. Pero no siempre estaré de buen humor para aguantar gilipolleces. El caso es que se creen que una es boba. No, lo que ocurre es que evito el enfrentamiento, porque entonces rompería la baraja. 

lunes, 8 de enero de 2018

Aunque siempre se asomen los miedos, incluso esas tormentas frías que mojan mis sueños, y pese a que la fe en mí solo es mía, la alimento con acaramelados dulces de colores. Deja que te diga que jamás me rindo, aunque mis ojos se llenen de lágrimas. Por muy oscuro que mi camino aparezca, mis pasos me llevaran a parajes luminosos. No me preguntes en donde se encuentra la magia que me eleva, la que me recupera con la cara limpia y las manos extendidas para coger todo lo bueno que me llegue. No hay truco, es no querer doblegarse ante las dificultades.

Me gusta el 2018, seguramente porque mi número es el ocho.