Mis pasos son lentos. Lo sé. Pero me acompañan los sueños, los creados con cimientos de intenciones. Si bien, el desaliento (la mueca) apareciera con el propósito de frenar mi ritmo, lo ignoraré y continuaré. Así pues, pese a no saber donde está la meta, miraré hacia el horizonte para proseguir mi rumbo: la vida.

miércoles, 26 de octubre de 2016

 ¿Llegó la hora? Adiós montaña.
Una vez quise abandonar, se había cumplido uno de mis sueños, no el más importante, pero sí de los casi imposibles. Y me apresuré a dejar ese camino una vez logrado la cima y buscar otro sendero diferente. Pero no lo llevé a cabo y los años se sumaron a más experiencias, todas llenas de vivencias extraordinarias. Ahora, en este momento, aquí, acomodada en mi rincón caótico aparece otra vez esa sensación de dejarlo, de dirigirme por entero a la senda también anhelada. Y me veo, con la cautela y el disimulo, suave y de puntillas alejándome de todo ello. Con el fin que nadie se percate, si bien es cierto, que nadie lo advierte.
Esa es la parte desventurada de todo esto.

domingo, 23 de octubre de 2016



OLVIDO.
Alocada, despistada, soñadora, desordenada, tímida, cohibida, miedosa y un sinfín de etiquetas. Todas mías, propias, trabajadas con conciencia o sin ella para llevarlas adosadas. Con el tiempo, afortunadamente me he ido deshaciendo de algunas, porque se habían convertido en un lastre, ya no hacían gracia, incluso aumentaron de tal forma que su peso dificultaba mis pasos. No voy a negar que, con el esfuerzo, desaparecieron, eso creo. Por lo menos yo no las veo. Y ocurre que una de las que permanecen junto a mí se ha transformado, se ha mutado, ha cambiado hasta el color y su sonido revolotea tímidamente. Hablo de mi divertido despiste que graciosamente me llevaba a situaciones incómodas, pero ¿Qué no arregla una sonrisa? Ahora, se llama olvido. Palabra con nombre de mujer, pero ésta no lleva garbo alguno. Las llaves… ¿dónde están? Ese pueblo de Pirineos que hace poco visitamos. ¿Su nombre? Y lo que es peor. El título del libro que actualmente leo. ¿Cuál es?
Aviso, me olvidaré de tu nombre amigo.

sábado, 8 de octubre de 2016

De cuando en cuando tomo en mis manos éste pequeño tomo para consultar palabras, dejando aún lado Internet y su rincón www.rae.es. Porque a veces el papel me complace; Antigua, quizás, pero nostálgica también. Hoy me he detenido a mirarlo, a examinarlo. No dejo de observarlo como si de repente me quisiera hablar.
¿Hablan los objetos?
Por un momento me pareció eso, que guardaba algo para decirme, esperando que alguna palabra quisiera consultar y mi mano se acercara a la estantería, a él.
Algo tan cotidiano e insignificante como un pequeño diccionario se convierta en algo atractivo al punto de detenerme ante él. Me pregunto desde cuándo lo tendré. Lo ojeo y aparece en la primera página en la parte superior “Raquel 5ªA” con letras bailarinas. Sus huellas están por aquí y me sonrío, así, para mis adentros. Ya hace tiempo de eso. Y mientras continúo con la contemplación me viene a la memoria mi hermano, porque yo tenía uno muy parecido a éste, verde y manoseado que también tenía sus trazos.
Yo solo buscaba la palabra “recrear” en sus páginas.